Estar bien con uno mismo es tan necesario como estar bien con los demás. Distintas situaciones pueden hacer que aparezcan síntomas ansiosos o depresivos, pueden alterar las emociones de tal modo que ciertas situaciones personales, familiares, laborales o sociales resulten inmanejables. La terapia individual es un espacio en el que la persona explora y reflexiona para encontrar solución a su malestar y sentirse mejor consigo misma y con sus relaciones.
Beneficios de la terapia individual
Ayuda a conocerse personalmente, a través de la revisión de la historia personal la terapeuta se acerca de otra manera, con una mirada curiosa y libre de juicio, a esas experiencias del pasado que muchas veces están ligadas con experiencias del presente. Conocer la historia personal en terapia implica encontrar sentido a distintas experiencias, y focalizar en los recursos personales y también encontrar los puntos que deben trabajarse en el aquí y ahora.
Ayuda a reparar partes importantes de la identidad de una persona a través de la experimentación de un vínculo sano, que es el que conforma la diada consultante/terapeuta. En el proceso la terapeuta facilita la construcción de un vínculo auténtico, de aceptación y empatía que posibilita a través del trabajo profundo con las emociones difíciles y vulnerables.
Permite experimentar de una distinta forma experiencias irresueltas del pasado, hacerlo en terapia implica que la terapeuta acompaña por esas escenas que tan difícil puede ser para las personas revisar sin acompañamiento, se genera un espacio de contención que posibilita experimentar emociones de una forma segura.
Permite reorganizar la experiencia actual de las personas, la terapeuta ayuda a integrar lo trabajado durante las sesiones con sus vivencias del presente, lo que permite a la persona tener una imagen diferente de su propia realidad y una sensación de mayor aceptación y fortaleza de sí misma.
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